Un serio problema de ubicación tuvieron un par de camilleros del Torneo de Ascenso argentino, que cuando acomodaron a un futbolista herido por una lesión, se pusieron cada uno mirando en sentido contrario del otro.
El resultado, como era de esperar, fue una sacada de cresta de uno de los asistentes, por lo que el deportista prefirió salir por sus propios medios ante el blooper.